las chicas de pachano

Hola estimadísimos blogueros, blogueantes o bloggers, como más les guste. Después de mucho dar vueltas, decidí que ya era tiempo de mi primer post. Pensé y repensé que iba a escribir; buscaba algo gracioso o algo crítico, pero no salía nada. Hasta que decidí reescribir algo que surgió hace poco. No es gracioso, pero es lo que me surgió y quería compartir con ustedes


Mi amor, mi compañero de aventuras, mi amante, mi consejero, mi cómplice, todo eso y mucho más.
A veces eras como un hijo, demandante y celoso de los demás; otras, un padre comprensivo y cariñosos. Cuando te enojabas eras lo más parecido a un director de escuela. En muchos casos, mi aliado, mi protección, aquel que me hacía sentir segura, mi maestro. Mi padrino de confirmación. Convertirte en algunas de esas cosas te llevó apenas un instante, dejar de serlo es imposible, ni la muerte puede con eso.
El hombre de mi vida. Todo eso sos para mí.
Se renuevan los recuerdos de aquel primer café, de la famosa frase "mis acciones están en baja y casi no cotizan en bolsa", las corridas de los viernes cuando apurábamos el café porque se iba el tren y los chicos te esperaban en casa, los mates en la azotea en las cálidas noches de verano, las corridas a cualquier hora para buscar a Belu que no tenía colectivo, a July de los bailes del Portu y a Pato, A Rodri y a Gonzalo que te necesitaban, la palabra de Dios que escuchábamos juntos
Pero lo que más agradezco a Dios es que me permitiera encontrarte en la mitad del camino y que me diera la hermosa posibilidad de compartir este tiempo de la vida que aunque fue corto fue sorprendentemente intenso. Siempre te dije que sentía conocerte desde siempre, son esas cosas inexplicables de las que supondo ya tendrás la respuesta.
Puedo decir, sin lugar a dudas que con vos conocí el verdadero amor, ese amor profundo y sincero, ese al que ni siquiera la muerte puede destruir.
Te doy gracias también por todas las personas que hiciste que entraran en mi vida y a las que espero seguir teniendo para compartir todos nuestros recuerdos: tus hijos, tus viejos, tus hermanos y sus esposas, tus sobrinos , tus amigos con los que no tengo palabras de agradecimiento porque no alcanzarían las que ya existen para devolverles lo mucho que me dieron y me dan.
Sólo me resta pedirte que me esperes, que cuando llegue el día que Dios haya dispuesto, seremos felices por siempre.
Emilio: te amo, hoy y siempre. Gracias por ser el amor de mi vida.

Y ahora que ya pude compartir esto conustedes, por qué no reirnos un poco?

Les dejo una reflexión:

"No tomes la vida en serio, al fin y al cabo no saldrás vivo de ella. Por eso ten en cuenta que lo importante no es ganar, sino hacer perder al otro."